miércoles, 19 de enero de 2011

El (no) equilibrio

Hay veces en la vida de todo ser humano que se encuentra con momentos que no puede predecir y quisiera ser Aramis Fuster o el hombre este de las túnicas doradas… y a veces no nos damos cuenta que ni echando las cartas del tarot, ni rezando cuatro 'Jesusitos de mi vida', se van a cumplir nuestros intentos de predicción.

¿Y a qué me refiero con ello? Pues a temas como son los exámenes, los amores y los aumentos de salario, entre otros… aunque creo que lo último lo voy a cambiar por 'encontrar empleo', porque ahora mismo es más fácil ponerle cuatro velas a San Antón (uno pica y otro no) por ejemplo para que te ofrezcan currar aunque sea por una hora, que para que te suban el sueldo… que por ahora es inexistente, ya veis, nimiedades de la vida…

En cuanto a los exámenes yo he visto cosas que vosotros no creeríais… sí, sí… algo así como adornarse el pupitre con gran surtido de estampitas de santos y vírgenes, llevar una bolsita llena de piedras de la suerte o besar una medalla de algún familiar en vías de extinción, o sea… de su abuela. Todo esto acompañado por las mil plegarias de que salga solo el tema 6 porque "lo demás ni me lo he mirado"… y qué suele pasar? O mejor dicho ¿Qué me suele pasar a mi? Que yo me miro el tema 7 y obviamente va a caer el tema 6 porque según los astros y la clarividencia de mis 24 compañeros de clase, "el tema 6 cae fijo".

Y sobre el tema amoroso… ¿Para qué voy a hablar? Aquí no sirven ni las estampitas, ni los cuatro Ave María, ni nada… como mucho el agua bendita pero para tirársela encima al espabilao' de turno que a lo mejor así reaccionaba, pero déjenme que lo ponga en duda.

Aquí sí que he visto y hecho, por qué negarlo, de todo… insultarle al ordenador, pedirle al móvil que llame, hacer un viacrucis con el móvil en la mano, levantar el móvil al cielo para ver si así por lo menos tiene alguna señal divina… pero nada… cuando no llama, es que no llama… entonces ahí es cuando Iker Jiménez entra en tu cuerpo y crees que hay algo conspiranoico en todo eso, aunque la realidad es que estás más paranoico que otra cosa.

Lo bonito de todo esto y a veces, incluso, lo más triste, es el día que por casualidad o porque se alinean los astros, recibes esa llamada o te ponen el tema 7, entonces el mundo se vuelve infinitamente maravilloso y crees, por lo menos durante un día que todo se rige por un equilibrio universal y perfecto.

3 comentarios:

  1. Cuanta razón en este post.... Ay, cuando cae el tema 7, que te dan ganas de levantarte de la silla y darle un beso al profesor y decirle ¡Te lo has currao'!

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  2. Sí, mi teoría es que hay un día bueno por trescientos sesenta y cuatro mediocres.

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  3. @Marta: No le doy un beso a un profesor con barba, ni muer-ta.
    @Lord J: Demasiado optimismo veo ahí.

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