lunes, 20 de septiembre de 2010

Enemigos íntimos

No sé por qué pero a todos siempre nos llega ese momento de iluminación en el que decidimos entrar al Decathlon y arrasar con lo que sea. Que si unas zapatillas, que si un bañador a juego con las chanclas, el gorro y la toalla, que si una camiseta y unas mallas... una silla de montar... ¡En fin! Que cuando nos descuidamos tenemos hasta al señor de seguridad dentro del maletero del coche.

Pues eso mismo fue lo que me pasó el otro día, bueno quien dice el 'otro día' ya se sabe... porque cuando se compra todo ese material, como si fuéramos a montar un gimnasio, pueden suceder dos cosas:

1.- Las utilizas un día y never more, aunque luego te pasas toda la vida recordando aquélla época que hiciste deporte. Y sí, a veces 'un día' es toda una vida para un deportista pseudo-amateur.

2.- Guardas todo el equipamiento en el armario esperando a que llegue el día adecuado.


¿Cómo es el día adecuado?

Ese momento aparece en el instante en que suena el despertador con el tono 'Eye of The Tiger' a todo volumen y te despiertas sintiéndote más valiente que nadie, piensas que ninguna calzada es lo suficientemente larga para ti.
Es un día megaespecial, todos los planetas se han alineado para que se den unas condiciones climatológicas estupendamente maravillosas, no hace ni mucho frío, ni mucho calor, de hecho es que ni sudas. Vas por la calle y la gente te saluda por tu nombre y eres el rey del mundo, y piensas.... "¡Muérete de envidia Carl Lewis!"

Primer día

Pues bien, mi realidad ha sido bien diferente, después de levantarme aturdida como todas la mañanas por culpa del despertador y con los pelos en la cara, me he vestido casi a tientas y cuando he conseguido salir a la calle, estaba a punto de llover. Pero bueno, aún he sido algo optimista y he empezado el trayecto hasta que pasados los veinte minutos las zapatillas han empezado a hacer [entónese con voz terrorífica] 'laaas rozaduraas' que han hecho que cojeara, hasta tal punto que me he vuelto a casa a la velocidad de la luz diciendo "mamá... ¡Pupa!"

En fin, no entiendo esa necesidad que tenemos todos con hacer deporte como si nos fuera la vida en ello, menuda manía en poner el vientre plano, si el ser humano cuando nace sale doblado, arrugado y pringoso, por mucho que nos esforcemos, va a tender a lo mismo con la edad.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tres métodos para matar a Cupido

Tanto amor, tanta leche y tan poca puntería… con lo fácil que debe ser ese empleo y la tontería que le da al chaval de las plumitas y las flechitas.

Así que llegado a este punto de mi vida he decido aplicar uno de estos tres fabulosos métodos para erradicar al enemigo, tal vez me detengan, pero le habré hecho un gran favor a la humanidad.

1º) Insecticida: Preferiblemente en spray y directo a los ojos, sin ningún tipo de contemplación y una vez en el suelo, se le pisa repetidas veces la cabeza. Hay que tener especial atención a las flechas, no sea cosa que terminemos lesionados por pisa donde no debemos.
Para los aficionados y aficionadas a dar patadas en la entrepierna, hay que tener en cuenta que los ángeles son seres asexuados, así que por mucho que intentéis darle patadas en sus cosas, no va a funcionar el tema, aunque si os desahoga, podéis hacer los que os de la gana, el resultado debe ser siempre el mismo… deshacernos de ese bicho cruel.

2º) Desplumar: Todo lo que entre en una desplumadora de pollos seguro que no sale viva, a los hechos me remito con esta imagen

3º) Cemento: Otra técnica bastante eficiente aunque un poco más complicada es colocarle un bloque de cemento en los pies y darle un leve empujoncito al océano, del resto que se encarguen los pececitos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Con la neurona disecada

Últimamente tengo serios problemas de agresividad literaria, en lugar de describir la aterciopelada piel de un melocotón, me dedico a contemplar la dureza de los melones, aunque leído así, puede llegar incluso a interpretarse de una forma chunga y lasciva, pero la vida real es así.

Hay días que quisiera contar cómo es mi vida laboral, pero no creo que los entresijos de mi currículum le interesen a muchos, aunque he de decir que he hecho un estudio antropológico sobre los jefes en distintos medios de comunicación y he llegado a la conclusión de que a todos les puede el poder y la Gloria, su secretaria.
Otras veces me gustaría desarrollar al detalle mi vida sentimental con aquéllos individuos que han dejado huella... pero sería demasiado surrealista, entre tanto oficio laboral que he llegado a conocer al final esto parecía la lista del INEM.

Y a veces me da por querer mostrar los defectos de la mujer, pero el problema está en que estos empiezan cuando terminan los del hombre, así que como el fin del mundo está programado para el 2012, andamos un poco cortos de espacio, tiempo y ganas.

Por eso mismo quería comentaros que estos días mi neurona anda un poco en sequía creativa, hay tantas cosas a las que me gustaría dedicarle tiempo que sólo tengo ganas de llegar a casa y recrearme delante de un vaso de leche, mientras pienso qué sucederá dentro de cinco minutos.